El radón es un gas radiactivo: ni huele ni se ve, pero está en la naturaleza y es cancerígeno. Es la segunda causa de cáncer de pulmón tras el tabaco. Para evitar la exposición, en Europa hay protocolos de medición, cerca de zonas montañosas.
Este problema de carácter grave tiene solución: se puede proteger la base de la vivienda del contacto con la piedra que puede expulsar el gas.
"Con una lámina que impide la difusión del gas. Se coloca en el punto inferior y esa será la barrera de protección", ha detallado José Hermindo Prieto, director técnico del Grupo BMI-Iberia en laSexta Noticias.
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