Las cubiertas ajardinadas no sólo son estéticamente bonitas, también contribuyen a mejorar la calidad del aire, reducen la contaminación y el calor, y mejoran el confort en el interior del edificio.
Un reciente estudio publicado por la revista Building and Environment, y que ha sido realizado por investigadores de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica (Etsia) de la Universidad de Sevilla (US), estima que únicamente plantando entre 207 y 740 hectáreas de techos verdes en Sevilla se frenaría el incremento de temperatura estimado en 6º para final de siglo. Y es sólo un ejemplo.
Son aquellas cuya capa exterior de cobertura está ocupa un sustrato de espesor variable, que alberga especies vegetales que precisan un nulo o mínimo mantenimiento. De manera general, los elementos que componen estas cubiertas son: la capa de sustrato, la capa filtrante, la lámina impermeabilizante y la capa drenante.
Dependiendo del “tamaño” de las especies plantadas podremos hablar de cubierta ecológica o extensiva, o cubierta intensiva.
La cubierta ecológica o extensiva se caracteriza por:
Emplear vegetación tapizante de muy bajo mantenimiento.
Actuar como protección adicional a la cubierta, generando un lastre drenado que protege la impermeabilización y permite maximizar las ventajas ecológicas del edificio
Es muy ligera.
Ayuda a la consecución de diferentes sellos verdes.
Por su parte, la cubierta ajardinada intensiva:
Emplea plantas vivaces, arbustos e incluso árboles.
Su uso es peatonal e, incluso, para tránsito de vehículos.
Mejora el confort en el interior del edificio.
Ayuda la reducción de CO2 y minimiza los efectos del calor/frío en el interior del edificio, ya que el sustrato funciona como aislante.
En el mercado podemos encontrar diferentes soluciones para la instalación óptima de cubiertas ajardinadas. Nosotros vamos a destacar dos propuestas de BMI por sus características técnicas: Para cubiertas extensivas cuentan con una solución con sólo 7 cm de espesor y una sobrecarga de 95 kg/m2 empapada. Para las intensivas, encontramos sistemas que nos ofrecen un drenaje modo aljibe que permiten retener los aguas pluviales con el fin de ejercer de riego constante y reducir la escorrentía a la red de saneamientos. Además, esta solución es totalmente aplicables en cubiertas transitables por peatones y vehículos puesto que soportan hasta 30 T/m2 a compresión según ISO 844.