Arquitectura desmontable: la clave de la sostenibilidad en el sector de la construcción

La arquitectura desmontable es la arquitectura del futuro inmediato si queremos frenar el cambio climático. El sector de la construcción genera un gran impacto medioambiental, en términos de emisiones, pero también de recursos y residuos.

En la UE, la construcción y el uso de edificios representa aproximadamente el 50% de la extracción de recursos y consumos de energía y en torno al 45-50% de todos los residuos se atribuyen al sector de la construcción.

Este modelo lineal de la construcción tradicional, en el que el modelo de las 3 “R” (Recuperar, reutilizar, reciclar) es inexistente, es un modelo que genera muchas emisiones de CO2 a la atmósfera y un enorme uso de recursos.

La arquitectura desmontable permite pasar de un modelo lineal a otro circular

La clave de la sostenibilidad está en el cambio de un modelo lineal a otro circular y para ello hemos de tener consciencia plena de los residuos de construcción y demolición (RCD). Los arquitectos no debemos limitar los edificios a fases primarias de diseño y uso. En términos de sostenibilidad ya estamos considerando también las fases de ejecución con modelos como el de construcción industrializada, pero ¿por qué seguimos demoliendo nuestros edificios cuando agotan su fin de vida en vez de desmantelarlos?

Con la cantidad de residuos que genera el sector de la construcción, y entendiéndolo en la definición de minería Urbana (1) dentro del paraguas de la sostenibilidad, deberíamos entender nuestras ciudades como almacenes de materias primas. Para ello, los edificios deberían ser pensados según el modelo de Diseño para la Deconstrucción “DfD” (2) y los sistemas constructivos deberían facilitar esta labor de desmantelamiento.

Sistemas, como los del BMI, con ejecución en seco, fáciles de desmontar y sobre todo de clasificar posteriormente, son ejemplos claves para poder implementar este modelo circular.

Esta forma de “diseñar pensando en el desmontaje” se centra en la fase de fin de vida pero también nos permite tener espacios más resilientes que nos faciliten la adaptación a imprevistos socio- sanitarios como el que estamos viviendo.

Por ello es importante reiterar que la arquitectura desmontable es la arquitectura del futuro inmediato si queremos frenar el cambio climático. Con ella, al reincorporar los materiales al ciclo constructivo, estamos reduciendo el uso de recursos, los procesos y por tanto las emisiones.

Todo ello sumado a una nueva forma de pensar la arquitectura donde el fin de vida de un edificio también es parte del diseño del proyecto.

Claro ejemplo de esta arquitectura son:

• Sede de Triodos Bank en Países Bajos: Se trata de un edificio integrado en la naturaleza y que, además de estar construido completamente en madera y con todas sus cubiertas verdes y ser autosuficiente energéticamente gracias a la instalación de placas fotovoltaicas, lo más destacado de su arquitectura es que el edificio ha sido concebido para poder ser desmontado de la misma forma que fue construido, para reconstruirlo en otro lugar, o reaprovechar sus materiales.

• Paper Log House de Sigheru Ban : Estas viviendas están fabricadas con cajas de cerveza rellenas de sacos de arena, tubos de papel con esponja como aislamiento y material de carpa para el techo. Gracias esto la unidad es fácil de desmontar y los materiales se desechan o reciclan fácilmente.
  

  Por todo ello no es de extrañar que la UE exija que el 70 % de los RCD generados de las rehabilitaciones financiadas por los Fondos Next Generation, sean materiales capaces de reincorporarse con alguna de las “3R” en el proceso de construcción.
  
  Si quieres saber más acerca de los sistemas de BMI que favorecen la arquitectura desmontable no dudes en ponerte en contacto con nosotros.
  
  ⦁ El significado de minería urbana es recuperar material de ese stock antropogénico para relanzarlo en un nuevo proceso de construcción.
  ⦁ Diseño para la deconstrucción (DfD): movimiento iniciado en los años 90 y cuyo objetivo es diseñar edificios resilientes y que sean fáciles de incorporar en un proceso de economía circular gracias al diseño y uso de materiales/ sistemas constructivos “ desmontables”.
  
  
  

Por su exposición directa a los elementos (lluvia, viento, nieve, sol...) las cubiertas son la superficie del edificio más propensa a sufrir filtraciones de agua, con los consabidos problemas que esto acarrea, como la aparición de goteras, humedades, moho, etc. Por lo tanto, es importante insistir en su correcta impermeabilización.

En el mercado existen multitud de sistemas para la impermeabilización de cubiertas, desde las láminas bituminosas, hasta la impermeabilización líquida. Este último sistema nos permite realizar el proceso “in situ”, de manera rápida y sencilla, siendo adecuado tanto para obra nueva como para rehabilitación de edificios antiguos.

En Quiero Renovar Mi Tejado hablamos de impermeabilización líquida y sus distintas aplicaciones.

¿Cuántos sistemas de impermeabilización líquida existen?

En la actualidad contamos con multitud de soluciones, ya que la familia engloba  poliureas, poliuretanos, acrílicos, Xilanos, PMMA, siliconas líquidas, etc. Sin embargo, independientemente de su formulación o método de aplicación, todos estos sistemas de impermeabilización líquida tienen en común varios aspectos:

• Tras su aplicación se genera una membrana sólida a partir de un líquido.

• Presentan una total adherencia al soporte

• Son totalmente continuos, sin solapes.

¿Cuándo es apropiada su utilización?

Como hemos destacado una líneas más arriba, este sistema es adecuado tanto para obra nueva, como para rehabilitación en un edificio existente, ya que se aplica directamente, de manera rápida y limpia.

En rehabilitación: Su empleo en edificios ya existentes nos evita la retirada del residuo y, además, nos da la posibilidad de aplicar estos sistemas líquidos sobre el aislamiento (los líquidos no pueden ser aplicados directamente sobre aislamiento, pero al aplicar el sistema sobre la antigua lamina sí podemos conseguirlo).

En el caso de rehabilitar cubiertas metálicas, construidas con panel sándwich (tanto prefabricado como realizado “in situ”) los sistemas líquidos se adaptan perfectamente a la geometría del panel, recuperando su estado y convirtiéndolo en un nuevo panel totalmente estanco. Atención, para este uso es muy importante la imprimación, deberemos usar una u otra en los casos de que el panel esté o no corroído o no posea lacado exterior.

Zonas cerradas o de difícil acceso: Otro uso muy apropiado para los sistemas de impermeabilización líquida son las zonas cerradas o de difícil acceso, es decir, aljibes, depósitos, cuartos de bombeo… En este tipo de construcciones hay que usar soluciones específicas no olorosas para evitar accidentes laborales por intoxicación y que resistan la acumulación de aguas. Existen soluciones líquidas que están certificadas incluso para  aguas potables.

En este caso, los sistemas de impermeabilización líquida nos ofrecen una ventaja adicional, al ser transportado en bidones pequeños y aplicarlo “in situ”, nos permite cubrir zonas de difícil acceso como terrazas, balcones, etc. o de geometría irregular, ya que se adapta perfectamente a cualquier tipo de terreno.

Espacios irregulares: Dado su grado de adaptabilidad las soluciones líquidas son las únicas capaces de garantizar la correcta impermeabilización y continuidad en estos espacios.¡Importante! Antes de finalizar, que tenemos que recordar que las “pinturas repelentes al agua” no son impermeabilizantes líquidos y no están concebidos para ser empleados en cubiertas planas. La acumulación de agua, durante la lluvia, producen que estos productos re-emulsionen y se descompongan.

Y como decimos siempre, en caso de duda, mejor consultar con el fabricante.